jueves, 9 de mayo de 2013

¿Mejora de la "calidad"?

Hoy, 9 de Mayo de 2013, está teniendo lugar en España una huelga general de carácter histórico, pues abarca a todos los niveles educativos, desde infantil hasta la universidad, y está secundada por toda la comunidad educativa, es decir, alumnado, profesorado y familias.

¿La consigna de esta huelga? Está claro: parar la Ley Orgánica de Mejora de la "Calidad" Educativa, esto es, la LOMCE. Y sí, he puesto entre comillas la supuesta calidad que promulga la ley, debido al dudoso uso correcto de la misma dentro del marco que promueve esta reforma.

Primero, porque su manera de entender la calidad es mediante la competitividad y la mercantilización de las aulas, tratando al alumnado como pura mercancía de intercambio en el mercado laboral. Se pone, pues, el acento en los resultados, es decir, en el producto final, pero no en los procesos educativos que se deben seguir para formar ciudadanos libres más allá de mera mano de obra barata.

Así pues, la escuela pasa a ser una empresa, donde los alumnos con problemas de aprendizaje o necesidades específicas de apoyo educativo pasarán a ser considerados productos desechables y apartados del sistema, contradiciendo cualquier filosofía de inclusión educativa y convirtiéndose en una escuela diferencial, elitista y segregadora.

Es entonces cuando yo me pregunto si es esto lo que entendemos por calidad educativa. Hemos luchado durante años para que la calidad en la educación vaya ligada a dar una respuesta integradora y global, pero a la vez personalizada y ajustada, a todos y cada uno de los alumnos que acogen nuestros centros públicos, sean del carácter que sean dichos alumnos.

Una educación de calidad es aquella que entiende que, en una sociedad cada vez más diversa, no se puede aplicar una formula estandarizada para todo el alumnado. Pongamos como ejemplo la siguiente viñeta:


Como ya decía Albert Einstenin, "todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su habilidad para escalar un árbol, creerá toda su vida que es un estúpido"

Es por ello que la aplicación de evaluaciones generalizadas y descontextualizadas no suponen, ni mucho menos, una respuesta real a las necesidades de nuestro alumnado, sino que, por el contrario, les ponen un listón, basado mayormente en la memorización de contenidos, que deben superar para seguir avanzando si no quieren quedar relegados a un segundo plano.


Me refiero, evidentemente, al sistema de reválidas y exámenes de carácter externo a la escuela, que suponen una cruel injusticia para quien tiene dificultades, temporales o permanentes, para seguir el camino que se nos dicta desde la administración.

Dar prioridad al contenido instrumental y memorístico, olvidando que un ser humano, para ser realmente autónomo y competente, necesita desarrollarse en todas las áreas del saber, es un error garrafal que pagaremos muy caro, porque una sociedad, para ser avanzada, necesita progresar, y sólo es posible progresar si invertimos en educación, pues en los alumnos de hoy estará el desarrollo del mañana. Entender esta realidad es tarea fundamental para comprender que en nuestras manos está su futuro, y debemos hacer todo lo posible porque lleguen a buen puerto. 

 ¿Os acordáis cuando a los que éramos zurdos se nos intentaba corregir y se nos obligaba a escribir con la mano derecha porque se supone que era lo "correcto"? Pues imaginaros un sistema educativo que entiende que sólo hay una forma correcta de progresar a través del mismo y no admite variantes, y si las hay, jamás tendrán la misma validez. 

Me sigue sorprendiendo, por tanto, que con toda la importancia que se le ha dado en los últimos años al desarrollo de las competencias educativas, acabemos volviendo al pasado donde se ve al alumnado como un simple vaso vacío que debemos llenar de contenidos sin significado alguno para ellos.

Después de todo, ¿qué se puede esperar de una ley que no ha contado con el debido diálogo y consenso de todos los agentes educativos implicados? Es curioso como unos políticos a los que se les llena tanto la boca con la palabra "democracia" hagan tan poco uso de la misma a la hora de tomar sus decisiones, las cuales nos acaban afectando a todos.

Que conste que, ni mucho menos, al ser crítico con este nuevo proyecto de ley, entienda que el sistema educativo actualmente funciona como debería. Es más, desgraciadamente, muchos de los cambios que esta ley quiere introducir como definitivos, ya se producen en muchas escuelas y centros de nuestro país, y es algo que debemos paliar. 

Es por ello que soy de la idea de que debemos cambiar nuestro sistema educativo vigente, pero ese cambio debe ser un cambio a mejor, un cambio  acordado por todos y que beneficie a todos, y no sólo a corto plazo, sino con miras al futuro, con miras al desarrollo de una sociedad avanzada, una sociedad que invierta en formación y en progreso. He ahí la respuesta al tan ansiado crecimiento económico que se dice querer alcanzar. 

Al fin y al cabo, y como reza la pancarta de la fotografía que acompaña estas palabras, "el maestro, luchando, también está enseñando". Luchemos todos por nuestro futuro, luchemos todos por la escuela que queremos. 





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